La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que tiene múltiples causas y se caracteriza por una elevación permanente de las cifras de la presión sanguínea por arriba de 140/90. La presión arterial es la fuerza con la que el corazón bombea la sangre.
“En la hipertensión arterial tienen que ver diversos factores como la carga genética y la presencia de enfermedades asociadas; la de tipo secundaria es normalmente consecuencia de alguna otra enfermedad como las endocrinológicas o inducida por ciertos medicamentos como los esteroides”, comentó Hugo Segovia Solís, coordinador médico del Hospital General de Subzona No. 54, del IMSS.
La hipertensión puede ser primaria o esencial y secundaria, es una enfermedad crónica en la que aumenta y se hace constante la presión con la que el corazón bombea sangre a las arterias para que ésta circule por todo el cuerpo.
Las causas de la hipertensión primaria se desconocen, aunque se han relacionado con la presencia de la obesidad, dieta no balanceada, falta de actividad física, herencia, género, edad, ingesta de sal, ciertos alimentos, medicamentos e ingesta de alcohol.
En un inicio la hipertensión arterial no da síntomas, por lo que se le conoce como el asesino silencioso, pero avanzada puede generar dolor de cabeza, mareo, zumbido de oídos, sensación de ver lucecitas, visión borrosa, dolor en el pecho, tobillos hinchados, entre otros.
La prevalencia es ligeramente mayor en hombres que en mujeres y el predominio de edad se ha visto modificado por los factores de riesgo mencionados y por el ritmo de vida, existiendo casos a edades más tempranas, incluso desde los 20 años de edad, aunque hay padecimientos que generan la hipertensión en infantes.
La hipertensión es controlable y puede prevenirse dependiendo si es primaria o secundaria, evitando factores de riego y procurando una alimentación balanceada, dieta libre de sal y grasas, evitar ingesta de alcohol, realizar actividad física, mantener un peso adecuado y control del estrés.
El especialista del IMSS señaló que al no presentar síntomas desde un inicio es recomendable monitorear los niveles de presión arterial de manera periódica.