Es común que los padres no perciban en los menores problemas de ametropías –miopía, hipermetropía o astigmatismo– o que los niños vean borroso y no detecten la situación como tal. Por esta razón, es importante llevarlos al oftalmólogo para comprobar que no tienen algún padecimiento visual, que impacte negativamente en su vida cotidiana.

“En los casos en los que los padres identifican los problemas visuales que llegan a presentar los menores es porque los infantes se acercan mucho a la pantalla al ver caricaturas o una película. Por lo que deben acudir con un oftalmólogo para que se corrija el problema”, señaló el doctor Leonel López Lozano, cirujano oftalmólogo de la Unidad Médica de Atención Ambulatoria (UMAA) No. 55 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Dijo que otra forma para detectar los padecimientos oculares es vigilar si los niños tienen problemas para tomar los objetos desde muy pequeños, si caminan inseguros, chocan o se caen frecuentemente.

López Lozano añadió que existen problemas visuales que no son curables; sin embargo, resaltó que la gran mayoría tienen forma de tratarse y/o corregirse con lentes u operación.

Comentó que los primeros ocho años de vida son fundamentales para el desarrollo de la vía visual, por lo que los problemas de la vista mencionados deben ser tratados en ese lapso para obtener mejores resultados.

Agregó que hay casos en los que los maestros, cuando hay clases presenciales, les comentan a los padres la probabilidad de que sus hijos presentan problemas visuales. Ante este caso, es importante que lleven al menor a revisión, para descartar o atender algún problema que pudiera existir.

La población derechohabiente del IMSS cuenta con el Servicio de Oftalmología para atender cualquier afección en la visión.