Llegamos una vez al momento deseados por tantos maestros y alumnos, me refiero al receso primaveral.
En columnas anteriores hablaba sobre los famosos cursos de verano. Hay ya algunas personas que ofrecen cursos de semana santa o pascua para que los niños puedan estar en actividad.
Pero si ese no es tu caso y piensas que tu hijo o hija puede estar sentada todo el día viendo Netflix o jugando con cualquier dispositivo móvil, sin moverse y sin dar lata, déjame decirte que no es lo más sano para el desarrollo motor de tu hijo.
El juego es el medio que permite a los niños de corta edad adquirir las habilidades motoras gruesas (saltar, correr, patear, andar en bicicleta, trepar, construir con bloques, etc).
Cuando los niños están en la etapa primaria, 6 a 12 años, tienden a tener mejor disposición para periodos largos de atención, y es cierto tan solo a un adulto, dale un dispositivo y puede pasar un largo periodo de tiempo, viendo o usando cualquier aplicación.
Pero cuando la situación es a la inversa con un un infante de etapa primaria, el permitirle pasar largos periodos de tiempo frente a una televisión o un dispositivo, estamos frenando el desarrollo motor grueso, no es broma cuando digo que hay alumno en edades de 10 a 12 años, que sufren demasiados accidentes y no es por la falta de infraestructura de la escuela, es por facilidad con la que el niño o niña se tropieza, choca con muebles, se tuerce los tobillos, denotando una clara torpeza muscular y esto es a raíz de una deficiente actividad física.
Su cuerpo sufre de un desconocimiento corporal y espacial. Si se tropieza, o choca con objetos es porque su cerebro, todavía no estima las distancias del objeto próximo y el cuerpo. Además no está demás recordar que si a un adulto es perjudicial pasar varias horas sentado, sin actividad física, para un infante es fatal.
Sabemos que por comodidad les facilitamos estos artículos electrónicos, evitamos que estén haciendo destrozos en la casa pero, así como nos ahorramos tiempo recogiendo o limpiando, también les imposibilitamos su desarrollo físico.
Seamos conscientes que estos hábitos sedentarios son el preámbulo para la obesidad infantil, dolores de espalda, tendonitis, desgaste visual y demás.
No quiere decir que se satanice el uso de dichas tecnologías, sólo quiero compartirte y hagas conciencia que un niño tiene que estar jugando y en actividad constante, y no pasar horas frente a una pantalla, porque ya tendrá una vida adulta, donde muy probable tenga que pasar dichas horas.
Si las vacaciones son para descansar, como adultos tenemos que tener el criterio para permitir el uso de dispositivos en los niños. No es una tarea fácil, pero ya saben lo que dicen “La práctica hace al maestro”