Ante un desastre natural nadie esta exento, pues llega sin dar aviso y acaban con lo que con tanto esfuerzo creamos a lo largo de nuestra existencia, en el peor de los casos; acaban con nuestra vida misma.
El sismo ocurrido el día 19 de septiembre en distintos puntos de nuestro país nos ha conmovido con video e imágenes impactantes de los derrumbes de edificios y hogares en los que se encontraban atrapadas personas, delas cuales hasta al momento sólo se ha logrado rescatar un porcentaje, otros tantos perdieron la vida y desgraciadamente algunos siguen atrapados bajo los escombros.
A los mexicanos nos han tachado por “vale madres”, que todo lo hacemos al aventón, “tranzas” y que simplemente pensamos en nuestro bien propio, pero estos sucesos nos dan la oportunidad de destacarnos por tener un corazón que rebasa fronteras, que no importa el peligro, porque somos héroes, demostramos que somos hermanos y que ante cualquier imprevisto nos echamos la mano.
México es un gran país, hace exactamente una semana estabamos lamentandonos por hechos ocurridos en el sureste de la república e inmediatamente comenzamos a mandar ayuda a los damnificados.
Hoy basta con entrar a las redes sociales para darnos cuenta que unidos podemos hacer la diferencia, miles de centros de acopio en cada rincón del país, camiónes llenos de personas dispuestas a arriesgar incluso su vida para salvar a desconocidos.
Siempre encontramos la forma de levantarnos y seguir de pie ante cualquier catástrofe que nos golpe, somos fuertes.
La importancia de ayudar radica en la manera de conseguir un logro, saber que juntos podemos llegar al cambio en México que tanto queremos ¡los buenos somos más! Y lo debemos de dar a conocer mediante el compromiso con nuestra gente.
Si entre todos seguimos trabajando, podremos ser un mejor País y no solo en los sismos, terremotos o huracanes, sino en una vida mejor para cada uno de los que habitamos México.