Rondando las órbita de Saturno y sus numerosas lunas se encuentra la sonda Cassini de NASA, que a su vez transportó a Huygens, de la Agencia Espacial Europea y que a lo largo de 20 años desde su lanzamiento, ha dado frutos incontables e invaluables.
La Teoría de la Relatividad fue ratificada, se descubrieron nuevas lunas del sistema saturnino, igual que un nuevo anillo. Se comprobó la presencia de una densa atmósfera en la luna Titán, la mayor del sistema, y se descubrió la presencia de cuerpos líquidos en su superficie: ríos y mares de hidrocarburos corren y yacen en Titán. Huygens, una pequeña sonda diseñada para aterrizar, fue enviada a la superficie de Titán para sobrevolar su superficie, cartografiarla y estudiar su composición, tanto del suelo como de la atmósfera. La luna Encélado resultó una joya: con una atmósfera más densa de lo estimado y una superficie de hielo craquelado que deja escapar vapor de agua y otras sustancias en géiseres helados, sugiriendo la presencia de un océano subterráneo global y alentando las suposiciones sobre la presencia de vida.
Más misiones vendrán para continuar las investigaciones en uno de los más fantásticos sitios que tiene nuestro sistema solar y que tanto nos ha mostrado y enseñado, porque justo hoy, 26 de abril de 2017, inició la etapa final de la misión Cassini.
Siendo las 14:16 hora mientras escribo esto, la página oficial de la misión en el sitio del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA anuncia que por el momento las comunicaciones con la sonda están suspendidas debido a las maniobras de reposicionamiento en la órbita final. Cassini será colocado entre el planeta y los anillos, donde nunca ha habido nave alguna, para estudiar la estructura tridimensional de éstos. La sonda completará veinte órbitas en su posición final para terminar fundiéndose con la atmósfera de Saturno, el 15 de septiembre de 2017.
Debido a las grandes posibilidades de encontrar vida microbiana en Titán y en Encélado, y quizás también en Febe, otra luna pequeña donde se detectó agua, NASA decidió no correr el riesgo de contaminación biológica, por la posibilidad de bacterias que viajen con Cassini desde la Tierra o perturbar el medio ambiente de estas lunas con una colisión descontrolada que termine en catástrofe debido a los reactores nucleares de la sonda. Lo que ocurrirá es que completada la misión, la nave se dirigirá hacia Saturno, quemándose en la atmósfera, mientras se le dan órdenes de seguir apuntando su antena hacia la Tierra, transmitiendo los últimos datos que pueda, hasta desintegrarse y ser incorporada al planeta mismo. Quien fuera Cassini para morir con toda esa elegancia.
Mientras tanto, aún hay fotos que tiene pendientes de mandar, y hay muchas más por explorar en sus galerías:
https://saturn.jpl.nasa.gov/galleries/raw-images/
Pero para terminar hoy, una de mis favoritas, un vista del sol siendo eclipsado por Saturno y la Tierra asomando al interior del penúltimo anillo.