En medio de gritos, carreras y el estruendo de chicotes; se llevó a cabo la edición 144 de la tradicional Judea de Purísima del Rincón, la cual logró convocar a 25 asistentes para su evento final.
Y es que no es fácil entender la Judea, que es una sátira de los festejos de Semana Santa, si no agregamos que el espectáculo final es el ahorcamiento público de Judas Iscariote, el traidor.
Con máscaras y trajes, cada uno de los participantes representa a un judío, quien persigue al Judas Negro y castigarlo por su traición a Jesús.
Este acto enmarcado en los festejos de Semana Santa, es un evento de diversión que procede a cada uno de los rituales de los Días Santos del catolicismo.
Heredada por Hermenegildo Bustos, esta tradición convoca a adultos y niños, quienes disfrutan de dulces, golosinas y paletas mientras esperan o acompañan a la muchedumbre de actores.
El acto final, el ahorcamiento, se lleva a cabo en la tarde, una vez finalizados los oficios religiosos del Viernes Santo y después de una larga persecución por las calles de la ciudad.
Entre gritos y chiflidos, con estertores agónicos, el Judas Negro es ahorcado en la Plaza Principal y después llevado en brazos a su lecho de muerte.