Este 2022 se cumplen 446 años de la fundación de lo que hoy conocemos como León de los Aldama, y durante todo este tiempo, la ciudad se ha distinguido por su rica historia, el desarrollo económico, arquitectura y su población que comparte elementos en común.
Luis Ernesto Solano Becerril, Profesor Investigador de Tiempo Completo (PITC) de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad De La Salle Bajío nos comparte las características de la población leonesa y su identidad en el marco de este 20 de enero.
«El término de identidad, según el Diccionario del Español de México, se refiere al conjunto de características que permite saber o reconocer quién es una persona distinguiéndola de otras.
Los antropólogos se extienden un poco más, por ejemplo, Gilberto Giménez nos dice que es un proceso de autoreflexión en donde las personas definen sus diferencias y pertenencias, con respecto a otras por medio de ciertas características que tienen valor, es decir, la identidad se forma a partir de características importantes para nosotros, que nos gustan y nos representan, lo que nos hace sentirnos parte de una comunidad o grupo”.
Además, comparte que, aparte de la personalidad y los gustos, la identidad también está ligada al espacio que nos rodea, a ese donde crecemos, vivimos y a las personas que comparten esos lugares con nosotros y donde generamos tanto experiencias como recuerdos.
Es decir, la identidad de las personas se forma a través de la personalidad, el territorio y las actividades que realizamos y nos gustan.
¿Qué tiene que ver esto con la identidad leonesa?
“¡Pues mucho!, León es reconocido principalmente por la tradición peletera y curtidora, pero ¿cómo olvidar entonces al Club de Futbol Curtidores? Uno de los equipos que tienen más tradición con su estadio en la colonia La Martinica. Ahí las familias pudieron ver a los trabajadores de la piel defender sus colores y oficios durante mucho tiempo.
Esta pasión también la encontramos en Barrio Arriba, con sus murales en la colonia que nos expresan la importancia del Club de futbol para las familias, para su interacción y para la convivencia. Ya hablando de este deporte, es imposible no mencionar al Estadio León, antes Nou Camp, donde cada quince días esta pasión permanece viva.
El Barrio de San Juan de Dios, resulta ser un espacio abierto y sano para los pobladores, donde se puede jugar, platicar, apreciar la arquitectura y comer desde la emblemática nieve, unos tacos, café o las famosas guacamayas o caldos de oso. La gastronomía local se convierte también en referente para identificarnos y al mismo tiempo diferenciarnos. Así como, la alameda central (Plaza Fundadores) y su fuente de leones donde también la gente se reúne a pasear, caminar, convivir, etc.
Hablando de arquitectura y patrimonio, los leonenses están orgullosos de su Templo Expiatorio y su arquitectura neogótica, su parque lateral donde las fotos frente al nombre del lugar no pueden faltar: “León” y la gente recargada en las letras gigantes quedará marcada en el recuerdo de los visitantes y los lugareños.
Lo mismo pasará para quienes caminen por “La Calzada”, esa avenida en donde uno puede caminar, socializar o expresar el cariño pues en uno de sus puentes las parejas colocan candados como promesa de un amor futuro. Esa misma avenida que llegará al Arco Triunfal, uno de sus monumentos principales”, expresó el experto.
Para finalizar, el Dr. Solano, explicó que la identidad leonesa está ligada a las actividades y a los lugares, pero también a sus valores y tal vez esto es lo más importante pues, con los flujos actuales de extranjeros que llegan a residir a la entidad como resultado de la actividad económica, nos encontramos en el momento exacto de formar una identidad que abrace esta diversidad.
“Debemos también ir incorporando la tolerancia y el amor a la diversidad, pues es igual de valioso una persona de Japón, que un colombiano u hondureño. Todos compartimos el espacio para nuestro desarrollo personal o profesional. León es capaz de dar abrigo a gente de todo el mundo, aprender de ellos y enseñar lo nuestro, al fin y al cabo, la identidad al igual que la energía no se destruye, sólo se transforma y podemos hacerlo para bien”, finalizó.