Con la finalidad de abonar en el desarrollo académico y profesional de los estudiantes de la Escuela de Agronomía de la Universidad De La Salle Bajío, el Ing. Carlos Agustín Aguilar gestionó el proyecto Acuaponía, el cual, se alberga en las instalaciones del Centro Agropecuario de Experimentación De La Salle Bajío (CADELS San Miguel) con sede en la comunidad de Los Ramírez.

Este proyecto le fue encomendado al Ing. Jaime Leyva, docente de dicha Escuela, quien explicó que, la iniciativa representa una herramienta de mucho valor para los estudiantes de Agronomía de diferentes grados, quienes acuden con regularidad a realizar sus actividades prácticas en las materias de Introducción a la Agronomía y Prácticas Agronómicas.

“En este sentido, el proyecto de Acuaponía es una relevante opción para producir  alimentos de manera sustentable, aprovechando recursos disponibles como tejabanes  para lo cosecha de agua de lluvia y utilizarla dentro del proyecto, además, de que, es una técnica de producción donde no se depende de las aplicaciones excesivas de fertilizantes químicos para el desarrollo de los cultivos, dando como resultado la obtención de alimentos libres de químicos”, expresó el Ingeniero Agrónomo.

También, explicó que, para él, es muy importante estar al frente de este proyecto, pues le permite dar seguimiento al desarrollo de las diferentes especies que se cultivan, y con ello, generar conocimiento de utilidad que se comparten principalmente con los estudiantes, así como, le permitirá replicar, posteriormente, esta iniciativa en otros ambientes y condiciones donde hay escases de alimentos, como, por ejemplo, en zonas marginadas rurales o urbanas, para brindar el apoyo necesario a familias de escasos recursos.

“Con ello puedo compartir con los estudiantes nuevas tecnologías para producir alimentos sanos respetando los recursos disponibles, y de manera indirecta, contribuir con una alimentación más equilibrada que abone con una mejor calidad de vida de las personas”, expresó el docente.

El Ing. Leyva es un firme creyente de que hoy en día se debe ser más conscientes del problema a nivel mundial sobre la falta de alimentos donde los recursos para su producción disminuyen de manera alarmante. Tanto el recurso del agua como del suelo, se limitan de manera directa por la población que crece velozmente y con ello es mayor la demanda de alimentos.

Explicó, que los espacios para sembrar son cada vez más pequeños y se tiene que recurrir a la deforestación para abrir áreas de cultivo o ganadería, y con ello, el suelo va perdiendo la capacidad para absorber el agua de lluvia por la falta de vegetación, esto trae como consecuencia una afectación en cuanto a recarga de los mantos acuíferos, escaseando el vital líquido, no solo para consumo humano y animal, sino también para la misma agricultura.

Por otra parte, algunos sistemas actuales de producción utilizan el recurso del agua de manera irresponsable en sus métodos de riego, como, por ejemplo, de inundación donde la pérdida del agua es exagerada y si a esto le agregamos el uso indiscriminado de los agroquímicos para el proceso productivo de los cultivos, da como resultado un daño irreparable a los ecosistemas contribuyendo con el calentamiento global y con ello los efectos negativos del mismo.

Una de las posibles soluciones a esta problemática es, sin duda, la búsqueda de métodos alternativos de producción de alimentos, donde se utilicen los recursos disponibles sin ponerlos en riesgo para las nuevas generaciones, y en este caso la Acuaponía representa una opción viable para disponer de alimentos vegetales y animales al mismo tiempo.

La Acuaponía es una técnica ancestral que consiste en combinar la acuicultura o cría de peces, con la hidroponía o cultivo en agua, con el apoyo de ciertas bacterias que favorecen la trasformación de los desechos orgánicos de los peces en alimento para las plantas.

Finalmente, el Ing. Leyva extendió una invitación a la Comunidad a sumarse en la búsqueda de proyectos sustentables que les permita la obtención de alimentos libres de pesticidas y que, además, les pueda dejar una gran enseñanza que pueda ser trasmitida a las nuevas generaciones, para que, con ello, se puedan cambiar modelos de producción que han demostrado no ser tan eficientes, pero sí dañinos al medio ambiente.