Este 7 de julio se celebró el Día Internacional de la Conservación de Suelo y por ello la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR), mediante la difusión de la Agricultura de Conservación (AC), promueve practicas con el manejo de sistemas agrícolas en la entidad.

A través de MasAgro Guanajuato, la dependencia estatal y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), trabajan coordinadamente para difundir el sistema de Agricultura de Conservación y otras prácticas sustentables en el estado de Guanajuato, no solo como una vía para prevenir la erosión del suelo, sino también como una base para diseñar sistemas agrícolas sustentables, rentables y resilientes que sean adecuados y pertinentes a las necesidades de los productores de la entidad.

La AC es un sistema de manejo de sistemas agrícolas basado en tres principios: mínima remoción del suelo, cobertura permanente de la superficie del suelo con restos vegetales y/o plantas vivas, y diversificación de cultivos a través de rotaciones, asociaciones, relevos, etcétera.

Entre los beneficios de ésta práctica, destaca: que se incrementa la infiltración de agua, reduce la evaporación, hay una relación inversamente proporcional entre el porcentaje de cobertura y el de evaporación relativa, es decir, que mientras mayor es la cobertura, menor es la evaporación y reduce el escurrimiento y la erosión.

Además, se reduce el uso de mano de obra y combustible, incrementa la condición física del suelo, reduce la emisión de gases de efecto invernadero por la reducción en el uso de combustible y el aumento paulatino en la materia orgánica del suelo.

Así mismo, se reduce el tiempo entre cultivos, al evitar la labranza y promover una mayor actividad biológica en el suelo.

Con los años, la Agricultura de Conservación acumula efectos que, paulatinamente, permiten incrementar la materia orgánica del suelo, la retención de agua, la disponibilidad de nutrientes y también el nivel del control biológico de malezas, plagas y enfermedades, ya que el rastrojo provee un hábitat para insectos y hongos benéficos, lo que no pasa en condiciones de labranza convencional sin cobertura de rastrojo. Además, la rotación de cultivos asegura más biodiversidad en las parcelas.

«La ciencia aplicada al campo ha demostrado en numerosas ocasiones su gran utilidad social. Ahora, es tarea de la sociedad y sus instituciones aprender del pasado y conservar nuestro medio ambiente», señaló personal de la SDAyR.