La gastritis es una inflamación aguda o crónica del estómago, se diagnostica luego de la manifestación de síntomas por parte del paciente, la presentación más común del padecimiento es la aguda que se debe a ingesta de productos como el café, té, alcohol, incluso de medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos.
El doctor José Manuel Juárez, director del Hospital General de Sub Zona No. 54, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dijo que “la gastritis crónica, en su mayoría se debe a trastornos inmunológicos, en los cuales las propias células de defensa del cuerpo atacan el estómago y lo inflaman de manera permanente, se da por un desbalance entre los mecanismos de protección del estómago y el ácido que éste mismo produce en respuesta a la alimentación”.
Cuando ingerimos alimentos, el estómago comienza a producir ácido que convierte en moléculas lo que comemos, para facilitar la digestión; por lo tanto, si ingerimos comida o bebidas que irritan el estómago, la cantidad de ácido supera a los factores protectores.
El estómago es una cavidad hueca que está recubierta por una capa epitelial de células que cuenta con otra protección mucosa interna, ambas barreras hacen que el ácido que produce el estómago no ocasione afección, pero cuando existe alguna alteración de esas paredes se produce la gastritis.
Agregó el médico del IMSS, que los síntomas son muy variados, clínicamente el personal médico distingue que un estómago está inflamado cuando el paciente ingiere alimento que incluso no sea irritante y la persona refiere aislamiento estomacal y dolor en la boca del estómago. Si los síntomas persisten y con tratamiento no se disminuyen e incrementa el dolor, se trata de casos de gastritis más severa.
En cuanto a la prevención dijo que en un 90 por ciento se trata de cuidar la dieta diaria, evitando ingerir alimentos irritantes. Es un padecimiento que se encuentra del octavo al décimo lugar en motivo de atención médica en el país, en los servicios de Urgencias.
El tratamiento se debe llevar en dos líneas, el primero, la modificación del estilo de vida, en específico la dieta diaria, y el segundo la prescripción farmacológica.