El trabajo para lograr un embarazo saludable, que llegue a buen término, inicia en la etapa pre gestacional o previa al mismo, por lo que es conveniente que cuando la pareja decida cursar un embarazo acuda a consulta, es lo más conveniente para estar en oportunidad de detectar algún descontrol en la madre o el padre; en la mujer padecimientos crónicos como diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedades de la tiroides, epilepsia, entre otras.

Salvador Campos Campos, jefe de Obstetricia de la Unidad Médica de Alta Especialidad No. 48, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), comentó que “una mujer muy joven o con edad ya avanzada se puede convertir en un embarazo de alto riesgo, por lo que se deben realizar exámenes, diagnósticos y tratamientos adecuados para acercarse lo más posible a un embarazo saludable”.

El hecho de que se embarace una mujer enferma, representa iniciar con un embarazo no muy saludable, caso en el cual aunque el bebé esté sano se compromete la salud del binomio madre e hijo, por ello es importante el control pre gestacional.

«Si la mujer ya está embarazada y no ha tenido control médico debe iniciar inmediatamente, bajo prescripción profesional, la ingesta de ácido fólico para disminuir la probabilidad de malformaciones congénitas. Ya en control médico debe indicarse un ultrasonido de los primeros tres meses de embarazo para corroborar que éste sea intrauterino, que el embrión esté con vida o verificar si se no se trata de un embarazo múltiple.»

En las consultas se debe revisar alimentación correcta de la mujer, su presión arterial, glucosa, realizarse examen general de orina para evitar o atender infecciones en vías urinarias y/o genitales, situaciones que pueden llegar a complicar el embarazo.

El especialista Campos Campos, indicó que con otro ultrasonido posterior se debe vigilar el tamaño del feto, localización placentaria y cantidad de líquido amniótico. Resaltó que si una madre es sana al inicio del embarazo, existe la posibilidad en un 98% de que así continúe.

En caso de existir alguna enfermedad como las ya mencionadas, la mujer embrazada será enviada a la especialidad de medicina interna para tratar de forma adecuada las afecciones mientras que de manera conjunta el especialista en obstetricia dará seguimiento al crecimiento del bebé.

Alrededor de las semanas 27 y 28 se vigilará el crecimiento del fondo uterino, siempre hay que observar la presión arterial para que no se vaya a desencadenar una preeclampsia, ya que esta variación en la presión es un enemigo de la paciente, el producto y el médico, que pone en peligro la vida del binomio madre e hijo. La edad ideal para que la mujer se embarace, y disminuir el riesgo de complicaciones, es de los 18 a los 37 años de edad.

Finalizó indicando que por todos estos aspectos es importante que la mujer esté bajo vigilancia médica desde antes de embarazarse, para lograr un embrazado saludable y llevarlo a los mejores términos.