La tiroides es una glándula que está encargada de producir algunas hormonas que controlan que tan rápido o lento funciona nuestro organismo; está ubicada en la parte anterior más baja del cuello.
“El cáncer de tiroides es un tumor maligno del que existen diversos tipos y afortunadamente el más frecuente es el que menos efectos negativos produce en el paciente que lo porta; es un tumor con alta probabilidad de curación si se detecta en etapas tempranas”, explicó Luis Martín Caudillo Mendoza, cirujano oncólogo de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 1 del IMSS.
Entre la sintomatología se encuentra el aumento de volumen en la cara anterior del cuello que no produce dolor ni fiebre, pero sí dificultad para respirar o tragar los alimentos, es por ello que de manera frecuente los pacientes acuden a revisión cuando ya tienen tumores muy grandes que llegan a requerir cirugías muy extensas.
Agregó que también la voz se vuelve un tanto ronca debido a que el tumor invade un nervio encargado de mover las cuerdas vocales.
El estudio por excelencia para diagnosticar esta enfermedad es el ultrasonido, el cual brinda una mayor fidelidad y exactitud del diagnóstico, por lo que en caso de encontrar en éste algunos signos que sugieran malignidad, es decir, que se sospeche que ese nódulo tiroideo pudiera ser cáncer, se realiza una punción y aspiración con aguja fina para realizar estudio.
El especialista del IMSS agregó que en esta región del país, por alguna razón, existe una incidencia alta de enfermedades de tiroides, sobre todo cáncer, incluso siendo la causa más frecuente de consulta subsecuente y de primera vez en el servicio de oncología; llegando a ser superior a problemas de mama o cualquier otro órgano del cuerpo.
«Al menos un caso nuevo de cáncer de tiroides se recibe en el servicio de oncología de la UMAE No. 1, cada semana, que supera el registro de casos nuevos de cualquier otro tipo de padecimiento oncológico».
Mencionó que existen factores de riesgo como tener familiares con antecedente del padecimiento y haber recibido radioterapia el cualquier parte del cuerpo cercana al cuello.
La cirugía es el tratamiento principal para el cáncer de tiroides, que consiste en retirar el órgano afectado y en caso de que la enfermedad se haya diseminado a los ganglios del cuello éstos también deben ser retirados.
También se tiene como posibilidad de tratamiento, la radioterapia externa, o bien con yodo radiactivo. Es curable, como ya se mencionó, sobre todo si el tumor mide menos de un centímetro.
«Es recomendable que la población acuda a revisión médica ante la presencia de síntomas como los mencionados».