¿Cómo se hace un teatro que no esté centrado en el ser humano? La respuesta está en Estado vegetal, montaje que llegará desde Chile para presentarse en la 46 edición del Festival Internacional Cervantino dentro de las actividades del FIC Incluyente.
Con funciones el lunes 15 y martes 16 de octubre, a las 18:00 horas, en el Teatro Cervantes a cargo del Instituto Estatal de la Cultura, se trata de un monólogo “polifónico” en el que el reino vegetal busca transformar al teatro.
En entrevista con medios de comunicación, la dramaturga chilena Manuela Infante, explicó que no estamos ante una obra sobre plantas, sino ante un llamado a mirar que hay otros reinos que tienen independencia de los seres humanos.
“Me interesaba este giro hacia lo no humano porque estamos en un momento donde se hace evidente que no tenemos el control de la naturaleza del planeta y hemos vivido la modernidad en esta especie de ficción en que somos los reyes del universo y corrientes surgen para hacer un llamado a la humildad de la especie”.
El conductor de una moto que quedó en estado vegetal luego de impactarse contra un árbol, el encargado de áreas verdes de la municipalidad, una vecina malintencionada, una joven que va sin más por la vida, la madre del accidentado y una anciana que se siente obligada a retirar el piso de su casa para poner de nuevo sus plantas con contacto con la tierra son algunos de los personajes que confluyen en esta historia protagonizada por la actriz Marcela Salinas.
Para la elaboración del texto, la dramaturga se apoyó del pensamiento del filósofo de las plantas Michael Marder y el neurobiólogo vegetal Stefano Mancuso, quienes exploran conceptos como la inteligencia vegetal, el alma vegetativa o la comunicación vegetal.
La premisa es que si aceptamos que las plantas tienen otras formas de pensar, sentir, comunicarse, otra forma de ser inteligentes, otra forma de conciencia y otra noción del tiempo, quizás podemos transformar nuestras propias nociones de lo que es pensar, sentir, estar, comunicarse y ser consciente.
“Suena muy sesudo, pero es una obra muy cómica en la que hay nueve o diez distintas voces de personajes. La dramaturgia trabaja la idea de la ramificación en el que hay un acontecimiento que es tronco y de ahí nos vamos por las ramas”.
De acuerdo con Manuela Infante, es fácil ser empático con un cachorrito u otra especie animal, pero lo más difícil es ejercitar la empatía con un ser totalmente distinto: “El trabajo que plantea la obra es cómo ponernos en los zapatos del otro, así sea una planta. Es una obra sobre la diferencia, la otredad”.
En una época en que hay sectores de la sociedad preocupados por la ecología y el medio ambiente, la también guionista, directora y músico, reconoció que tiene una opinión encontrada con la ecología que sigue siendo humanista.
“No comulgo con ese tipo de ecología el sentido de que piensa en salvar al planeta para salvarnos a nosotros, lo que me interesa es mirar esos otros universos como independientes al nuestro y que tal vez estarán ahí cuando nosotros nos acabemos”.
Por primera ocasión, la puesta en escena contará con la presencia de un intérprete de lenguaje de señas para personas con discapacidad auditiva.
La 46 edición del Festival Internacional Cervantino se llevará a cabo del 10 al 28 de octubre con una programación que contempla 195 espectáculos y un total de 327 funciones distribuidas en ópera y música vocal, música, danza, teatro, espectáculos de calle, exposiciones y actividades académicas.