El glaucoma es una pérdida del campo visual, excavación del nervio óptico y el aumento de la presión intraocular; por causa se puede dividir en primario o secundario, en el primero se trata de un gen predisponente como la hipertensión y la diabetes mellitus y el segundo se debe a alguna inflamación, cirugía o golpe.
“También se puede clasificar en subagudo, agudo y crónico. En el subagudo se presenta dolor intermitente de cabeza y elevación de la presión ocular; el agudo se presenta de un momento a otro en pacientes hipermétropes que tienen la anatomía ocular un poco más pequeña de lo normal, y el crónico cuando ya está el daño avanzado”, explicó Mauro Trujillo Sánchez, oftalmólogo especialista en glaucoma, adscrito a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 1 del IMSS.
La prevalencia del glaucoma aumenta con la edad, entre los 40 y 50 años de edad, comienza a desarrollarse y depende de las etnias y la raza. En los latinos se presenta más el glaucoma de ángulo abierto y por ejemplo en los chinos y japoneses, debido a que el ojo es un poco más pequeño, es común el de ángulo cerrado.
Este padecimiento es causa de ceguera irreversible. Existen casos de pacientes que tienen glaucoma y no lo manifiestan; es la tercera causa de ceguera irreversible más frecuente en el mundo. Hasta el 55% de la población que padece glaucoma es asintomática y comienzan a perder la vista cuando ya la enfermedad está muy avanzada.
Comentó el especialista del IMSS que en algunos pacientes la visión se mantiene, puede haber dolor de cabeza que no se quita, sienten punzadas en los ojos y refieren sentir que les estuvieran clavando agujas, los cuales son síntomas de un glaucoma que requiere tratamiento oportuno para evitar otras complicaciones.
Para atender el glaucoma, el especialista debe brindar un tratamiento adecuado al paciente, no todos los glaucomas se tratan igual, ya que cada persona que lo padece debe recibir atención específica, sobre todo en quienes tienen algún padecimiento adicional.
Ante ello, Trujillo Sánchez recomendó acudir a revisión para conocer el estado actual de la visión y en caso de requerirlo estar en oportunidad de recibir atención y tratamiento.