Alcohol y sexo son dos elementos que en ocasiones son combinados en la vida de toda persona. ¿A caso estamos más excitados por ir “pedo”? ¿Será que nos hace más atrevidos y vamos directamente al grano? ¿Qué desventajas tiene practicar sexo yendo bebido? Vamos a intentar explicaros los pros y contras de esta combinación tan explosiva en el ser humano.
El alcohol tiene la peculiaridad de convertirnos en seres confiados, que no se callan nada y dicen la verdad, lo que suele ayudar a que dos sujetos se conozcan más a fondo y no pongan trabas a la hora de llegar a la cama, si la ocasión y la persona lo merecen, claro. ¿El alcohol favorece al sexo? Sí, si nos referimos a que nos ayudará a llegar a practicarlo, pero no en la ejecución y desarrollo del mismo.
Lo sentimos, a lo mejor tendríamos que haberos preparado un poco más para esta conclusión, pero es así, el alcohol no favorecerá vuestra estimulación sexual. ¿Por qué? Aquí van las dos razones principales:
- Porque el alcohol inhibe partes específicas del sistema nervioso central que generan respuestas sexuales de excitación y orgasmos.
- Porque el alcohol, en exceso, deshidrata. Si llegas a este estado, el cuerpo puede sufrir varios problemas a la hora de practicar sexo, como por ejemplo que dificulte la erección del pene, así como la eyaculación. Además, se llega antes a la fatiga y puede dar lugar a sequedad vaginal.
Como habéis podido leer, la falta de estimulación sexual podría hacer que el hombre dure más en la cama, pero, ¿de qué sirve alargarlo si al final no vas a llegar al orgasmo? Si la erección no es buena, la penetración se verá dificultada, lo que hará creer a la otra persona que eres un inútil o que no te excita lo suficiente, sintiéndose culpable o viéndose afectado su ego. Pero lo peor no es esto, sino la posibilidad de que el suceso quede marcado en la memoria y provoque que en el futuro se vuelva a dar el caso, aunque ya no vayas bebido, dando lugar a un círculo vicioso del que será difícil salir.
En el caso de las mujeres, se da una pérdida de la sensibilidad en todo su cuerpo, y más todavía en la zona genital. Indudablemente esto repercute en las posibilidades de que llegues al orgasmo, lo que causará el mismo efecto en la otra persona que el ejemplo citado con la erección fallida. Por no mencionar la sequedad vaginal, que al no lubricar bien pueden hacerte daño durante la penetración. Todo contras…
Otra desventaja a la hora de beber y tener sexo está referida al único punto a favor que hemos destacado antes, a las barreras o raciocinio que te hacen rechazar un “aquí te pillo, aquí te mato”. Está muy bien (y da un gusto de coj***s) conocer a alguien y practicar sexo, pero conlleva muchos riesgos para un hombre y una mujer, como por ejemplo, contraer enfermedades de transmisión sexual o recibir abusos por parte de la otra persona, los cuales no permitirías si estuvieses sobrio o en una situación donde el alcohol no te llevaría a cometer locuras.
Por último, queda por desmentir uno de los mitos más falsos que existen: el alcohol no es un afrodisíaco. Por mucho que intenten venderte lo contrario, no vas a estimular a nadie a tener sexo contigo solo porque haya bebido. Si ella o él se sienten atraídos por ti, evidentemente el alcohol hará que sea más fácil que os lancéis el uno al otro, pero nada más. Por lo que deja de maquinar un plan en el que os vayáis a un bar y os pongáis ciegos a cerveza para ver si te lo tiras.
Una vez expuestos todos los contras y un pro (la ganas y el impulso a llevaros al acto sexual) solo queda que seáis vosotros quienes analicéis la situación y os empecéis a replantear qué haríais en el caso de conocer a un ligue de noche, borrachos y más salidos que el pico de una mesa o más calientes que el palo de un churrero. Sabemos que al leer las desventajas os hemos mentalizado para que no cometáis el error de intentar “mojar” habiendo bebido, pero también sabemos que no nos haréis ni puñetero caso llegado el momento, ya que cuando uno está ebrio de alcohol quien habla es el pene y la vagina, no el cerebro