La violencia contra infancias y adolescencias constituye una problemática compleja y multifacética que demanda un análisis integral desde sus dimensiones cuantitativas, cualitativas y estructurales-
En columnas pasadas hablaba sobre la protección y divulgación de los derechos de las niñas y niños y adolescentes; además, de que el concepto Niños, Niñas y Adolescentes (abreviado como NNA) representa una construcción social relativamente reciente en el ámbito de los derechos humanos.
También comenté que era necesario generar estrategias derivadas de las mesas de trabajo y planes municipales, para que el grueso de la población conozca los derechos de los menores, y así garantizar su respeto.
La Convención sobre los Derechos del Niño (CND) (Asamblea General de la ONU, 1989) en su artículo 1 señala que “se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad”. La CDN reconoce cuatro principios fundamentales: (I) la no discriminación, (II) el interés superior de la infancia, (III) el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, y (IV) la participación.
La Convención sobre los Derechos del Niño en el artículo 19º (Asamblea General de la ONU, 2011) y la Observación General N° 13 del Comité de los Derechos del Niño (2011), define la violencia contra niños, niñas y adolescentes como: Toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual mientras el niño se encuentre bajo custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo (p.16)
En el Estado de Guanajuato según los datos del Observatorio Ciudadano de León en 2024 las estadísticas revelaron un total de 3 mil 151 víctimas de homicidio doloso en el Estado de Guanajuato.
De esta cifra, 157 correspondieron a niñas, niños y adolescentes, representando un 4.98% del total.
Esta cifra, aunque es proporcionalmente menor que en otros delitos, resulta alarmante al tratarse de pérdidas de vidas de menores por actos que son intencionales.
En lo referente a los homicidios culposos, mil 363 personas fueron víctimas de este delito, mientras que 99 de ellos fueron menores de edad, es decir un 7.26% de las víctimas tenían entre 0 y 17 años.
Siguiendo con el análisis, el secuestro emerge como uno de los delitos con mayor proporción de victimización infantil y adolescente.
De las 12 víctimas registradas en 2024, 6 fueron menores de edad, representando un alarmante 50% del total.
En cuanto al delito de extorsión, se contabilizaron mil 222 víctimas en el Estado, entre las cuales 62 fueron personas menores de 18 años, equivalente al 5.07% del total.
Al primer trimestre de 2025, el delito de homicidio doloso registró un total de mil 056 víctimas de las cuales 45 correspondieron a menores de edad, representando un 4.26% del total. En el caso de los homicidios culposos registró un total de 387 víctimas, de estas un total de 32 fueron niñas, niños y adolescentes, equivalente al 8.27%.
Los datos estadísticos analizados por el Observatorio Ciudadano de León revelan que la violencia familiar y la violencia sexual son las formas de violencia a las que se encuentran más expuestos niñas, niños y adolescentes.
En nuestro municipio pese a tener más de seis meses de la actual administración no se han aprobado por el Ayuntamiento, los Programas Municipales de Seguridad Pública y de la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, conforme lo señala el artículo 279 y 280 de la Ley para el Gobierno y Administración de los Municipios del Estado de Guanajuato.
Sería importante que además se informe al Pleno del Ayuntamiento de las acciones y priorización para atender la violencia hacia las infancias y adolescencias en la Agenda Pública ya que hay una brecha entre el discurso oficial y la realidad.
La omisión en esta materia, impacta directamente en la calidad y alcance de las políticas públicas implementadas para su atención. Estaré atenta de que su presentación, atención y seguimiento a los referidos planes para que realmente representen un compromiso que se materialice en acciones concretas, con asignación de recursos suficientes y participación activa de las infancias y adolescencias, saludos.