La Semana Santa a la luz de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazareth, se nos presenta como tiempo propicio para reflexionar sobre algunas circunstancias producto de la época que nos ha tocado vivir, tales como el dolor, la enfermedad y la violencia etc., este es el pensamiento que compartió el Mtro. Alejandro Campuzano Vargas, Coordinador de Humanidades en la Vicerrectoría de Formación Integral y Bienestar Universitario De La Salle Bajío.
Explicó que, los diferentes hechos acontecidos en la vida de Jesús y por lo tanto en la comunidad cristiana, les permite, repensar el sentido de la vida tanto para el creyente cristiano, como para aquel hombre y mujer de buena voluntad que buscan caminos de esperanza. En ese sentido, el Mtro. Alejandro plantea preguntarse ¿Qué de alentador y esperanzador nos ofrece la vivencia de la Semana Santa? ¿Qué nos dice hoy la figura del resucitado?
“Tratando de reflexionar sobre estas interrogantes podemos en primera instancia entender que la Semana Santa es el culmen de la vida cristiana porque presenta los valores de amor, de donación, de perdón, de encuentro, etc. Porque Jesús vivió a tope la experiencia del amor que lo llevó a la muerte, pero también lo llevó a la resurrección. Resurrección que da sentido a todo y abre camino a todo”, manifestó.
También, afirmó que Jesús vive en clave de Semana Santa durante toda su vida, ya que el amor es el centro de la misma, toda vez que con su vida y actuar nos descubre la imagen de Dios ante los hombres, asume la condición humana para hacernos reconocer la propia.
El Mtro. Alejandro compartió que para poder comprender esto se debe entender que Jesús vive, en un mundo deshumanizado, donde el odio, la discriminación, la guerra, la desesperanza estaban presentes. Palestina en el siglo I se encontraba en una situación muy difícil para sus habitantes, situación que avivaba el anhelo de un salvador.
“Es en esta coyuntura que Jesús pasa haciendo el bien, construyendo el Reino de los cielos olvidado en la babel del egoísmo humano. Rompe el esquema del odio siendo misericordioso, escuchando al otro y hablando por los necesitados, caminando con el desvalido y dando salud al enfermo, siendo el profeta poderoso en obras y palabras añorado por el pueblo judío”, explicó.
En este sentido, el especialista expresó que la Semana Santa es entonces un llamado para el género humano a romper las cadenas que esclavizan nuestro corazón, es una invitación a tener un corazón que ve las necesidades de los demás, a escuchar y hablar por los otros, a construir un mundo mejor entre todos. Es un llamado a romper el egoísmo que no nos deja ver más allá de nuestra satisfacción inmediata y buscar la reconciliación entre nosotros y con la casa común.
“La Semana Santa no puede ser solamente un periodo de vacaciones es un momento de profunda esperanza que toma sentido en el hecho de la resurrección, debemos creer que el mal no triunfará sobre el bien, que la muerte no puede destruir a la vida. Es un momento de rescatarnos y reconciliarnos entre todos. Es la hora de la donación”, concluyó.