Conocida también como tensión arterial alta o elevada, la hipertensión es un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión
persistentemente alta, lo que puede dañarlos e incluso afectar otros órganos; sin embargo, es prevenible.
La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos o arterias al ser bombeada por el corazón. Mientras más alta es la
tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear.
“La mayoría de las personas con hipertensión no muestran síntomas. En ocasiones, puede originar dolor de cabeza, dificultad respiratoria, mareo,
dolor de pecho, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre”, señaló la doctora Martha Beatriz Castro Mora, del IMSS en Guanajuato.
Recomendó a las personas adultas checar su tensión arterial periódicamente, ya que es importante conocer los valores e identificar
cuando se encuentren fuera de los parámetros recomendables.
La doctora Castro Mora resaltó que es un padecimiento prevenible con acciones encaminadas a modificar los estilos de vida para controlar la
tensión arterial, como abandonar el consumo de tabaco, adoptar una dieta saludable, hacer ejercicio con asiduidad, disminuir los niveles de
estrés y evitar el uso nocivo del alcohol. Agregó que la reducción de la ingesta de sal también puede ayudar.
Existen personas que estos cambios les resultan insuficientes y necesitan tomar medicamento, siempre bajo prescripción médica.
La médica del IMSS comentó que la tensión arterial normal en adultos es de 120/80. Cuando el resultado ante la medición es igual o superior a
140/90 a 90 ya se considera elevada.
Entre los riesgos de la hipertensión arterial sin control mencionó: infarto de miocardio, ensanchamiento del corazón y a largo plazo insuficiencia
cardiaca y daño renal.
Agregó que recientemente se ha demostrado que las personas con hipertensión arterial no controlada parecen estar en mayor riesgo de
complicaciones asociadas con la COVID-19, que aquellas, cuya alta presión arterial se controla con medicamentos.
Concluyó al decir que para prevenir o atender esta enfermedad la población derechohabiente del IMSS cuenta con acciones preventivas, servicio de Nutrición, orientación en Trabajo Social, consulta de Medicina Familiar, así como de Medicina Interna y Cardiología en caso de complicaciones agudas y crónicas.