Cuántos de nosotros no hemos escuchado “Se distrae fácilmente”, “No pone atención”, “Tiene un corto periodo de atención”. Sí es importante destacar que la capacidad de la persona para prestar atención es un indicador de la madurez cognoscitiva.
Pero ¿Qué se entiende por buena atención? ¿Es simplemente la capacidad de concentrarse en la tarea actual? No, es mucho más complejo.
Desde los años 70 se ha venido investigando sobre la atención y sus procesos de evolución. Así que la atención varía mucho e presencia de algunas características: presencia del objeto de la estimulación, del estado físico y motivacional y de las circunstancias. Así que podemos “definir” que la atención no es una capacidad meramente mental, sino un conjunto de comportamientos y procesos.
¿Qué se supone que debimos haber consolidado al haber alcanzado una madurez mental con respecto a la atención? La capacidad de efectuar discriminaciones finas entre los objetos de la estimulación, las actitudes automáticas ante el objeto en cuestión, frente a la situación u objeto en cuestión a qué sí o a qué no se le presta atención, mejor conocido como atención selectiva.
Es así que llegamos en el proceso evolutivo de la atención que consolidamos la automatización, suena algo sacado de la ciencia ficción, peo en realidad es la eliminación gradual de la atención en el procesamiento de la información.
¿Qué quiere decirnos esto? Que simplemente en medida en que la persona va familiarizándose con ciertos objetos y actividades relacionados con la solución de problemas, necesitarás menos esfuerzo en las primeras etapas del procesamiento de información.
Por ejemplo el aprender a manejar un estándar las primeras veces requerirá de toda la atención para saber en qué momento hay que cambiar de velocidad pero con el paso del tiempo, el cuerpo automáticamente lo hará.
Así es, el cerebro deja de esforzarse por adquirir lo que se está ejecutando, es por ello que debemos siempre buscar alternativas para retar al cerebro a nuevas rutinas, el aprender un nuevo idioma, realizar alguna actividad física, leer, etc. de esta forma nos estaremos asegurando de que el cerebro estará atento para adquisición de nuevas actividades e entablará más fuerte los lazos neuronales, que están ligados con los procesos de memoria.
La atención requiere esfuerzo y empeño y es difícil hacer esto durante largo tiempo o hasta que el cuerpo lo automatice y tengamos que implementar nuevas realidades, no es una tarea fácil pero ya sabes lo que dicen: “La práctica hace al maestro”.