¿Cuántas veces te has puesto a pensar si la oferta que acabas de ver era realmente una oferta o un truco para hacerte comprar otro producto? ¿Será que esa lata con tu nombre no fue hecha realmente para ti? En el mercado existen un montón de productos que se aprovechan de los sesgos cognitivos o la poca atención que le prestamos a ciertas cosas.
Aquí te presentamos 8 de esos sesgos que con un poco de ingenio y sobretodo honestidad, podrás usar a tu favor:
Anclaje o “focalizando la atención del cliente”
Tendemos a tomar decisiones sobre una misma opción, dependiendo de cómo se nos presente la información.
En el anclaje la tendencia es que las personas confían demasiado o se quedan con una información determinada para tomar una decisión de compra, es decir, el primer precio que una persona vea influenciará directamente en la percepción que tenga en su rango de precios. Entonces si ve que un kilo de manzana se vende en una estantería a $50 y luego en otra ve el mismo kilo de manzana a $35, la persona percibirá como una buena opción la segunda, porque su atención se ancló en el precio inicial.
Prejuicio de Atención o “aprovechando los pensamientos recurrentes”
Entre más veces sea vista una publicidad o contenido por una misma persona, más probable será que se vuelva cliente de la marca. Aunque la publicidad repetitiva puede tener algún resultado, lo más efectivo es compartir contenido útil constantemente.
Un ejemplo muy bueno de esto son los canales de Youtube en donde se comparte tutoriales constantemente.
Cascada de Disponibilidad o “entre más te mencionen más creíble eres”
En la creencia colectiva, un producto o servicio gana cada vez credibilidad cuando estos se repiten en las menciones públicas.
Cuando una marca, mensaje o contenido es más mencionado, la gente estará más predispuesta a tener una buena opinión de éste. Mientras más “ruido social”, mejor.
El Efecto de Arrastre o “que todos lo hagan lo hace cool”
Este efecto está relacionado con el comportamiento manada o la tendencia de la gente a hacer cosas sólo porque muchos a su alrededor hacen lo mismo.
Pasa con los lanzamientos de celulares en donde las marcas crean la percepción de que mucha gente está comprando su producto, haciendo a la vez que éste sea mucho más fácil vender.
Efecto Porrista o “cuantos más seamos mejor”
Parecido a de la cascada de disponibilidad, en esta la tendencia es que un producto o servicio se percibirse más seguro o más creíble si lo que se dice este, se dice en grupo.
Es por ello que en las páginas de algunas empresas se muestran testimonios de muchos clientes, más que únicamente uno aislado.
El efecto señuelo o “lo que se ponga al lado de un Lamborghini siempre se verá más barato”
Esta es una desviación del razonamiento que funciona cuando un producto que por sí sólo nos parece caro es puesto junto a otro producto de un precio mayor, este se verá mucho más accesible.
Cuando el cerebro compara dos precios, va a tender a escoger el más barato.
Efecto Forer o “cualquiera se identifica con su signo zodiacal”
Tendemos a interpretar la información general como si fuera específica y detallada para nosotros cuando en realidad esas descripciones son vagas y aplican para mucha gente.
En esto precisamente es en lo que se basan los horóscopos o Coca Cola con sus latas con nombre. Esta técnica se puede usar para incrementar el tráfico a tu sitio de internet si incluyes un artículo superficial tipo “Mira qué personaje de Friends se parece más a ti…”
Aversión a la pérdida, ley de la escasez o “si me dicen que no entonces sí”
Se suele sobrevalorar lo prohibido. El temor a perder algo influye más en las decisiones que la posibilidad de conseguir un beneficio por eso, a menudo resulta efectivo emplear la psicología inversa para conseguir que se desee algo.
Como es el caso de las campañas muy provocativas que buscan ser censuradas para así conseguir que la gente quiera ver esos anuncios prohibidos.