Me resistí a hablar de Einstein durante meses porque tanto se ha dicho de él, y tanto lo admiro, que pensé que nada podría yo añadir que le hiciera justicia. Pero finalmente sucumbí, y es que recién me entero de la nueva serie de National Geographic, que nos trajo hace un par de años la imperdible Cosmos: Una Odisea de Espacio y Tiempo, y que ahora viene a ofrecernos la biografía del científico más famoso de todos los tiempos, y con todo merecimiento.
Albert Einstein nació en 1879 en Alemania y para los inicios del siglo XX, trabajando en una oficina de patentes, tuvo a bien cambiar nuestra visión del mundo, poca cosa. Su teoría de la relatividad dio un vuelco al entendimiento de la gravedad, el espacio y el tiempo, de pronto, los viajes temporales, los agujeros negros y el inicio mismo del universo dejaban de ser mera especulación para entrar al reino de la ciencia.
A lo largo de estos cien años, la primera parte de la teoría se publicó en 1905 y la segunda en 1915, las pruebas sobre la veracidad de sus ideas se han ido acumulando sin faltar ninguna, sus predicciones sobre la naturaleza del espacio-tiempo fueron ciertas: son un continuo y es maleable por la presencia de materia, esto preparó el camino para una navegación más precisa, los GPS no funcionarían sin la relatividad, y abrió la posibilidad de los viajes en el tiempo que hoy son un campo de investigación serio y en constante desarrollo; el big bang, una idea menospreciada en un principio, como vimos al principio de esta serie de columnas, resultó ser cierta tras resultados sugeridos por las ecuaciones de Einstein, conocimos el génesis gracias a su trabajo y a su pluma; posteriormente, un aparente error en sus cálculos que sugerían que el universo se expandía lo obligó a idear un término matemático llamado la constante cosmológica, que contrarrestaba este efecto y que más tarde, gracias a los descubrimientos de Edwin Hubble sobre la expansión cósmica, Einstein tachó de su más grande error. Lamentablemente no viviría para saber que aún creyendo haberse equivocado, de hecho, acertó, la constante cosmológica fue revivida gracias a la teoría de la inflación cósmica y el descubrimiento de la materia y la energía oscuras; y finalmente, no hace ni un año que se pudieron medir las ondas gravitatorias, la última pieza que faltaba por saltar de la teoría a la observación experimental para darle a las ideas de Einstein el lugar tan merecido que tienen entre las más elegantes y completas teorías que han sido elaboradas por la humanidad.
Todo eso está bien, sí, pero seamos sinceros, la mayoría de la gente que lee sobre divulgación científica sin ser científicos nos emocionamos de cosas que difícilmente entendemos, sabemos la importancia de esto, por algo nos anima, pero los detalles finos son para los genios.
Así se llama la serie de National Geographic, Genius, que nos acercará no al científico sino al hombre que fue, con sus virtudes y defectos, con los detalles que la figura del genio ha eclipsado, como su eterno romance con la música, que consideraba fundamental en su vida y su trabajo y que inspiraba esa búsqueda de perfección que tanto ansiaba encontrar en la naturaleza de la realidad para traducirla a la poesía de la razón que es la matemática en versos tan precisos como una ecuación, como su ecuación, la más famosa de todas y que no hay necesidad de mostrarla porque ya lo dije, porque los detalles son para los genios.
Einstein, músico, físico, un hombre espiritual, supo ver que el mundo, la emoción y la realidad eran uno, supo derribar para sí la ilusión de la separación que Gurú Pathik advierte a Aang en Avatar: El Último Maestro Aire y que guió a su mundo a la guerra y el desequilibrio, algo que nos pasa hoy, aquí, en el mundo real que tanto decimos querer y no sabemos si quiera ver que pasa para hacer algo respecto.
Una serie biográfica era lo que faltaba sobre una de las mentes más brillantes de la historia, porque el genio y la figura nos distraen de lo que Einstein fue antes que todo aquello: un ser humano. Y en su vida, sus aficiones, sus miedos y sus gozos, es ahí donde realmente residió el genio, ahí está el secreto. Tenemos todo para ser los genios, así que pensemos y vayamos viendo que todas las cosas son una, que todos somos lo mismo. Recordemos nuestra humanidad, y olvidemos el resto.
Genius se estrena el 25 de abril, esperémosla y ya hablaremos al respecto.