Hace unas semanas platicaba con un amigo médico. En nuestra platica empezó a relucir todo lo que vive en su profesión y cómo su formación académica le había servido para nada, así es… para nada.

De su propia boca salía las siguientes palabras y que además como maestra me cuestionaba: ¿Por qué la universidad no te prepara para la vida real?

Me quedé callada y le pedí que fuera más preciso y me explicara por qué hacía tal pregunta y afirmación a la vez (cabe destacar que ambos llevamos 6 años de egresados) Él respondió que no hace de menos el hecho de haber aprendido toda la teoría que adquirió durante sus años de universitario, que si bien las famosas prácticas profesional que todos realizamos de acuerdo a nuestro campo de estudio son una probadita de lo que se es en vida, nada se ha comparado con lo que ha tenido que vivir desde que egresó y que ha tenido que vivir y sigue viviendo.

La teoría es fácil de adquirir o hasta de machetear si es necesario, pero lo que la universidad no nos enseña es que estaremos en constante competencia con otros compañeros, en primera porque los que ya estaban tengan miedo o preocupación por que les quiten el puesto para los que llegan, lo que torna que las dinámicas laborales se tornen difíciles, sino es que hasta insoportables.

La universidad no nos enseña que al momento de estar laborando, los sueldos son brutos y netos, que parte de ese dinero bruto se va a Hacienda o para ser acreedor de los “grandiosos beneficios del IMSS”.

La universidad no te enseña que la persona no solo es el pedazo de papel de avala que eres “Licenciado en tal”, sino que además los valores que llevas contigo, toda tu persona.

La universidad no enseña a lidiar con el estrés, que va a ser bastante.

Después de escucharlo, era inevitable que pensara en todos los momentos que viví relacionados con estos puntos que a él le llamaban la atención a lo que le di la razón.

No es que haya una materia “Seminario para sobrevivir como egresado I y II”. Pero hay muchas cosas que como trabajador se vive y que no se menciona en las universidades.

Se entiende que hay situaciones que tiene que vivir por sí mismo, sí pues, pero tener las nociones básicas desde cómo manejar una tarjeta de crédito, qué hacer ante un despido injustificado o acoso laboral, dinámicas de los impuestos y demás pudieron ahorrarnos malos momentos. Y que conforme uno va creciendo va haciendo callo.

Me queda recomendarles que aquellos que saben que tienen conocidos que egresarán de la universidad, podamos asesorar o que si estás leyendo esto y eres universitario, acércate a tu coordinador y expónle estos puntos que en la vida real existen y que si impactan en tu vida profesional y personal.

No olvidemos que las preguntas tontas no existen… aunque pienses que sí, es porque sólo están mal planteadas. Acerquémonos con personas especializadas que nos puedan ayudar a nuestros primeros años egresados, recordemos que “La práctica hace al maestro”.