La adolescencia representa una conmoción emocional interna, una lucha entre el deseo humano eterno a aferrarse al pasado y el igualmente poderoso deseo de seguir adelante con el futuro.
Louise J. Kaplan
Los jóvenes se ven afectados por la naturaleza y el tiempo en que se inician los cambios de la pubertad y si a esto le agregamos unas gotas de expectativa que la sociedad les impone, durante este periodo, una etapa que más que vivir y disfrutar, termina convirtiéndose una lucha por sobrevivir.
Tan solo basta encender el televisor y ver como los medios masivos bombardean al adolescente, no quiere decir que sólo ellos sean el público, puesto que todos, sin importar la edad estamos siendo influenciados por los medios pero, los niños y en especial los adolescentes son los vulnerables.
A los adolescentes también se les considera rebeldes e incontrolables. En la pubertad se muestra un ligero deterioro de las relaciones con los padres de familia.
En estos casos es porque quizá pasan más tiempo juntos, esta “intensidad y frecuencia” es en la pubertad donde alcanza sus punto más alto.
En realidad es esta necesidad de ser más independiente y de participar más en las decisiones de familia. Si los padres no están dispuestos a renunciar a una parte de su control o de su autoritarismo, estas actitudes rebeldes pueden seguir acrecentándose, dando origen a un desequilibrio en la familia.
En el artículo de la semana pasada se habló sobre la educación autoritaria, con autoridad o permisiva.
A menudo a los adolescentes se les etiqueta de malhumorados. En un momento pueden estar contentos y al siguiente sentirse molestos o tristes. Esto puede ser ocasionado por la cantidad de hormonas que “están fuera de control” por una parte y la otra causa que podría ocasionar estos cambios repentinos de humor, son los cambios de actividad, es decir que el ambiente social y el nivel de estrés, ponen su granito de arena estas fluctuaciones del humor del adolescente.
Esto sin mencionar los cambios físicos que viven, ya que a nivel fisiológico, el adolescente parece estar totalmente fuera de proporción.
Las primeras etapas de la pubertad los pies, las manos y hasta las piernas se muestran desproporcionados con el tronco y los hombros, esto es porque efectivamente algunas partes de su cuerpo van madurando a un ritmo diferente. Estas variaciones pueden acarrear inseguridades, torpeza y timidez que afecta al autoestima, mientras no se alcance el equilibrio.
Para ayudar el adolescente en su proceso de maduración, es entablar relaciones positivas ¿cómo es esto? es lograr alcanzar el equilibrio en las relaciones adolescente – autoridad, donde se tiene que negociar los papales, las reglas y las expectativas.
Ayudarles a reconocer que las personas pueden poseer muchas cualidades que lo hacen especial, único y atractivo. Dialogar y escuchar constantemente para ayudar a reconocer y encaminarlos a su verdadera independencia y conciencia de su persona.
Conforme van acaparando la atención los medios, el poder guiar a los jóvenes en su proceso a la adultez, es una tarea difícil, pero ya saben lo que dicen: La práctica hace al maestro.
