El estrés está presente en la vida de todos, ya sea por trabajo, escuela, decisiones, dinero, tiempo…

Desde el punto de vista de la medicina, es el estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal y suele provocar diversos trastornos físicos y mentales.

En algún momento de nuestra existencia nos llegamos a sentir estresados por distintas causas, y es que en estos tiempos donde la vida corre tan deprisa, es muy difícil mantenernos tranquilos y en armonía.

Para muestra el siguiente ejemplo: tu semana va maravillosa, cuando llega una persona tóxica a exigir algo, y para colmo de manera grosera.

Esto es más que suficiente para generar tensión en nosotros, lo cual impide que nos podamos sentir bien y rendir de manera adecuada, además que el mal trago genera que nuestro animo cambie y ya no rendimos lo mismo. 

Estamos estresados.

Lo peor, es que ahora comenzamos a contagiar a más personas de estrés, nos sentimos mal, con dolor de cabeza, inflamación en el vientre y unas enormes ganas de llorar o gritar y mandar todo por un tubo.

Debemos de tener en mente que es momentáneo pero, que nosotros somos los que aceptamos que el estrés forme parte de nuestra vida.

En el momento en que te acostumbras a vivir así, estas dejando que se haga crónico y te puede llevar a contraer distintas enfermedades tanto físicas como psicológicas; desde un simple dolor de cabeza hasta un infarto o depresión.

 

La recomendación más simple es que tomes minímo un día para poder reposar, echar la flojera, salir con tus amigos, con tu pareja, con la familia, hacer deporte, salir de viaje y de la rutina que te atormenta.

Puedes hacer una lista de cosas que te gustaría hacer y que necesitas para sentirte bien.

Recuerda que nuestro cuerpo es el principal instrumento para poder sobresalir y terminar nuestras metas y sueños, no lo podemos descuidar porque sin él, las demás cosas que hagamos no funcionarán y terminaremos por acabar con lo más importante que tenemos: nuestra vida.