Las madres suelen ser tiernas y nos protejen de cualquier mal, ellas darían la vida por nosotros, pero lamentabemente no siempre son así.

Existen diferentes casos al rededor del mundo en donde su instinto maternal no pudo contra sus traumas psicológicos.

 

Andrea Yates

Padecía psicosis postparto, los doctores le recomendaron dejar de tener hijos ya que este tipo de psicosis es tan fuerte que las consecuencias podrían ser letales, pero como ella y su esposo eran creyentes  que dios era quien decidia cuantos hijos debian de tener, siguieron procreando bebés, Andrea comenzó a creer que esos niños iban a ser malos cuando fueran grandes por lo que decidió acabar con su vida ahogandolos en la bañera antes de que esto ocurriera, justificando que lo hizo para protejerlos.

 

Theresa Knorr

Ella vivió una infancia terrible, para olvidar sus penas se ahogaba en alcohol, lo que le provocó una fuerte esquizofrenia, en uno de sus ataques, mató a sus hijas culpandolas de que ellas hacían que se sintiera gorda y fea.

 

Annette Morales

Esta despiadada mujer a pesar de tener 3 hijos, fingió un embarazo para retener a su novio, una noche siguió a una mujer embarazada, la mató y le extrajo al feto, se lo llevo a su casa y  estando en la bañera llamo al 911 y dijo que perdió a su hijo. Los forenses inmediatamente supieron que el feto se extrajo a la fuerza, Annette fue condenada a cadena perpetua por asesinato.

 

Galiana Ryabkona

Esta mujer rusa simplemente aventó a sus dos hijos de 4 y 7 años por un balcón, dijo que ya estaba harta de ellos. Así de simple.

 

Verónica Aguilar

Ella mencionó en su declaración que no tenía dinero para dar de comer a sus hijos, razón suficiente para envenenarlos con raticida en su comida.

 

Otty Sánchez

Es probablemente el peor de los casos, ya que después de que su esposo la abandonó, mató a su bebé y lo cortó en pedazos para luego comérselo. 
Agradezcamos cada día el tener a una madre buena, alguien que nos enseñó de la vida, festejemos que esta con nosotros y más que nada agradezcamos que la mayor agresión que nos pudo hacer fue darnos con una chancla para que nos portaramos bien.