Todo entorno laboral supone desafíos, y en la medida en que te relacionas con los otros, pudieran dispararse conflictos que puedes resolver si sólo te enfocas en tu forma de manejar la situación. A continuación te dejamos algunos tips para que no mueras la próxima vez que Troya arda en la oficina:

  1. Calmantes montes:

Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de lidiar con un conflicto, es que suelen escalar rápidamente una vez que se involucran las emociones. Antes de enfrentar cualquier disputa, tómate un momento para respirar y tranquilizarte. Ordena tus pensamientos y asegúrate de mantener el buen trato, recuerda que la paciencia y la calma son tesoros cuando los de mechas cortas explotan.

  1. No le entres a los guamazos no más porque sí:

¿Quieres cambiar la manera de pensar de alguien o estás defendiendo tu postura personal? ¿Es un conflicto que quieres ganar por capricho o por un fin mayor? ¿La importancia radica en el asunto del conflicto o en la persona? Si no estás seguro acerca de estos puntos, tal vez ni siquiera deberías involucrarte. Debes determinar si el altercado tiene un fin útil. Recuerda, antes de meter las manos al lodo decide cuáles son los resultados que deseas obtener y si vale la pena luchar por ellos.

  1. Más vale ceder el paso al perro que dejarse morder por él:

No importa quién tenga la razón, si ambas partes no creyeran estar en lo cierto, el conflicto no se habría producido en primer lugar. Pero en ocasiones, si la pelea no vale la pena, o el contrincante es mejor como aliado que como enemigo o simplemente quieres alcanzar un acuerdo, deberás ceder.

  1. Escuchando es como se entiende la gente:

¿Cómo puedes intentar solucionar una disputa si no entiendes cuáles son los argumentos de ambas partes? Si no te muestras capaz de escuchar los argumentos de los demás, ¿por qué los demás deberían escuchar los tuyos? Incluso cuando creas saber qué piensa el otro, tómate el tiempo de escucharlo tanto verbal como corporalmente, esto te dará herramientas tanto para llegar a un común acuerdo, como para refutar sus argumentos de una forma inteligente.

  1. El insulto es la salida de emergencia de los idiotas:

Jamás insultes al otro. Piensa del modo que lo hace un político que quiere conseguir votos, si atacas a tus adversarios o cuestionas su inteligencia mediante ofensas, jamás se adherirán a tu causa. Para conseguir simpatizantes necesitas generar respeto y eso se gana, no se exige.

  1. Sigue adelante, pase lo que pase:

Sin importar qué tan bien hayas argumentado tu causa, las oportunidades de que todo se vaya al garete por condiciones mínimas, siempre están latentes. En ocasiones simplemente tendrás que aceptar el fracaso y alejarte, lo que significa aprender a vivir con las diferencias y tolerar la derrota dejando el resentimiento a un lado.

  1. Agua pasada no mueve molinos:

Es importante no tomar los altercados demasiado a pecho, una vez que se haya terminado el enfrentamiento, olvídalo. Recuerda que lo que no te mata, sólo te hace más fuerte y lo único valioso que se puedas rescatar de una confrontación son los acuerdos y los aprendizajes que ésta pueda dejar, lo demás es sólo harina de otro costal.