Día a día, campesinos y vendedores de primera mano, ofertan sus productos en las calles de San Francisco del Rincón, brindando alimentos a precios bajos para la población.

Vendedoras de nopales fuera del mercado, comerciantes cargados de canastos y personas en puestos o vehículos, dan con su trabajo sustento de primera mano a quienes cultivan.

La venta o reventa de productos traídos desde el campo, ha sido tema de interés en las últimas semanas, desde que comenzaron a circular rumores de frutas y vegetales siendo regresados desde la frontera con Estados Unidos, aunque sólo se comprobó la veracidad de uno de los casos; la situación ha provocado la venta de fresas, aguacates, jitomates, entre otros.

Aquí te platicaremos un poco sobre 2 negocios que desde hace años, se dedican a ofertar a precios justos los productos de los agricultores.

Desde el campo…

De pie, en su carrito lleno de fruta, Carmen ve a la gente pasar por la esquina de la calle López Mateos y el bulevar Zapata, en ese lugar atiende a decenas de personas todos los días y les ofrece productos baratos y en buen estado.

Mientras vende medio kilo de fresas y un kilo de mango, Carmen explica que se dedica a la venta desde hace 25 años y que su pequeño puesto es conocido como «fresas Carmen», ya que es la fruta que ofrece en mayor cantidad.

Los cajones y canastos llenos de grandes frutos rojos, dicen la verdad; otra persona llega y se lleva otro puño de fresas, las que de acuerdo a Carmen, son traídas desde Irapuato.

«Desde hace 25 años vamos a Irapuato y compramos la fresa con los productores y eso nos permite dar precios más bajos para la gente […] cuando ellos no tienen fresas, me surto en la central de abastos», comentó.

Al lado de la balanza, se encuentra un montículo de fresas, las cuales detienen un letrero que dice: $9 medio kilo, un precio justo y competitivo desde el punto de vista de la dueña del negocio y de su clientela que la visita todos los días.

… Hasta la mesa

En otra parte del mercado, cerca de la panadería La Ideal, se colocan diversos puestos ambulantes, uno de los más llamativos es una vieja camioneta, la cual es tripulada por 3 jóvenes, los cuales son conocidos por muchos como «Los güeros de los elotes».

Entre bromas y risas, cortan y deshojan docenas de elotes, los cuales son comprados por todo tipo de personas. Desde la mañana hasta la tarde, esperan pacientemente a que sus clientes lleguen, ya los conocen, tienen 10 años dedicándose a esta labor.

«Nuestro papá se dedicaba a vender los elotes en primer lugar, ahora él está en la casa y nos toca a nosotros», cuentan con una sonrisa.

Las personas pasan a su lado y ellos siguen con lo suyo, en momentos juegan o mensajean con el celular, en otros platican entre ellos y la mayor parte del tiempo, preparan el producto para su próximos clientes.

Las hojas se acumulan debajo de la camioneta pero, serán recogidas una vez que terminen de vender los cerca de 800 kilos de maíz que traen en la cajuela.

«Traemos elote blanco y amarillo, cuando es temporada se lo compramos a los campesinos y cuando no es tiempo, lo traemos desde la central de abastos», aseguran.

Señalan que la mayoría de sus clientes les compran para preparar diversos platillos en sus casas o negocios, tienen otros clientes que sólo se dedican a la venta de elote pero, que todos al final lo llevan al plato.