Animarte a lanzarte al mundo empresarial es en sí un salto de fe del que se debe tener, además de pericia, un alto grado de motivación y tolerancia a la frustración, sin mencionar que, para lograr el éxito financiero, se deben de dejar atrás una amplia gama de creencias y romper con ciertas reglas y paradigmas que se nos han inculcado en demasía.

Para contribuir un poco en esta labor y derrumbar con ello unas cuantas creencias que en ocasiones sólo limitan el quehacer empresarial, enlistaremos los mitos y realidades más comunes de ser un emprendedor:

“Los emprendedores no tienen jefe, los emprendedores son sus propios jefes y son completamente independientes”

De entrada, este mito popular del auto-jefe es tan cierto como falso. Si bien, no vas a tener la figura formal de un jefe, sí vas a tener que darle cuentas a un montón de gente, desde los clientes hasta hacienda, y todos te exigirán de maneras distintas que hagas un trabajo de calidad y estas cuentas no siempre se limitarán a un horario de oficina.

“El emprendedor no tiene que seguir un horario”

Esto es parcialmente cierto, si bien es tu negocio y tú lo manejas en el tiempo que te convenga, lo cierto es que la mayoría de los clientes te exigirán tiempos de entrega o de servicio muy puntuales, por lo que la actividad de tu empresa podrá verse orientada a cumplir con éstos; sin mencionar qué si tienes un horario bien definido, te será mucho más fácil organizarte.

“No necesita oficina pues puede trabajar en cualquier lugar”

Como en todo negocio, el lugar puede poner cierto contexto a la actividad que realices o, dicho de otro modo, si tu negocio es del giro alimenticio es de esperar que cuentes con las instalaciones necesarias. Sin embargo, sí es posible prescindir de una oficina “propia” para poder ser un exitoso emprendedor.

“Lo importante es iniciar el negocio con una buena idea”

Este mito es igualmente tan cierto como falso, una buena idea puede hacer surgir un buen negocio, pero sólo la perseverancia y la motivación puede sacarlo adelante. Una buena idea es solamente una semilla sin germinar, el trabajo del emprendedor es cultivarla hasta que ésta dé los frutos a cosechar.

“Ser emprendedor es apostarle a la suerte”

Falso, un buen emprendimiento raramente se hace por impulso. Nadie en su sano juicio se despierta un día diciendo “hoy quiero tirar todo por la borda y perder un montón de dinero”, de hecho, emprender requiere de cierto grado de pasión, investigación e inversión, más que ser una actividad de mero impulso.

“Sólo los jóvenes pueden emprender”

¿Cuándo fue la última vez que te interesaste por la edad de Slim o la de Mark Zuckerberg antes que por sus empresas? En el mundo de los negocios la edad es lo último que importa, mientras el emprendedor tenga la aptitud y entrega.

Hay negocios muy exitosos iniciados por jóvenes que aún están en edad escolar, al igual que negocios igualmente exitosos iniciados por personas que ya están en su edad de jubilación. Lo importante es tener una mezcla de talento y perseverancia, no el tener tales o cuales años.

“Los emprendedores son incapaces de trabajar en equipo”

¡Mentira!, como todo en la vida, muchas veces no se trata de quién eres en solitario sino a quienes conoces, de las relaciones que tengas con tus clientes o colaboradores. No importará si quien emprende tiene mucho talento, muchos recursos o muchas ganas, para que el negocio prospere, necesitará como mínimo contar con una base relacional.

“Con dinero baila el perro…Cualquiera con lana puede hacerlo, pues con suficiente dinero el emprendimiento no puede fallar”

¡Te sorprendería! Pese a que el capital es muy importante, la realidad demuestra que, si no sabes administrar e invertir adecuadamente tus recursos, todo capital que entre caerá en saco roto. Despilfarrar es una de las actividades más fáciles y rápidas de hacer, como emprendedor, aprender a moderar esa conducta debe ser como una segunda naturaleza.