Excelente domingo, estimado lector, hoy comenzaré con una pregunta: ¿qué celebra usted, Halloween o Día de Muertos?

A estas alturas habrá quien diga que ambas cosas, entonces creo que replantearé la pregunta ¿Sabe usted lo que se celebra en Halloween, y qué se festeja el 2 de noviembre?

Porque le diré, nosotros los mexicanos somos buenos para celebrar, hasta porque los tamales quedaron ricos, habrá que festejar y hacer más; cualquier pretexto es bueno para organizar el “guateque”.

Pero ¿por qué festejar Halloween?

Este 31 de octubre prepárese para ver a los niños gritando por las calles “Queremos jalogüin, queremos jalogüin”… ¿ya sabe? Que a veces hasta la pronunciación nos falla, con mayor razón la cultura.

Si no sabemos lo que significa el dichoso Halloween o jalogüin, como sea que se escriba o se diga, da lo mismo, pues no sabemos de lo que nos hablan, pero ¡claro! Se escucha “nice”.

Pues para ahondar en el tema le diré que la mencionada celebración tiene que ver con una tradición de hace más de 3 mil años, de los Celtas, un pueblo que habitaba en las zonas de Inglaterra, Irlanda, Francia y Escocia.

El 31 de octubre celebraban el fin de año con el Samhain, y se creía que los espíritus de los muertos regresaban a la tierra.

Para ahuyentar a estos malos espíritus, los celtas se vestían con cabezas y pieles de animales mientras que los sacerdotes de druida realizaban sacrificios con fuego para celebrar el día de un modo más cristiano. Así mismo, se celebraba el «sabbath» o fiesta de brujas; en donde brujas y brujos se reunían para ofrecer sacrificios a Satanás, señor de la muerte, mediante ritos, actos sexuales y muerte. En la Edad Media se quemaban gatos negros por creerlos amigos de las brujas.

Con otros datos importantes como la adopción de los católicos en 1846 de estas celebraciones, y la introducción de las mismas en América del Norte; esa es la parte fundamental de este festejo.

Por otro lado, el 2 de noviembre se celebra en nuestro país el día de Muertos, le cuento:

Esta celebración también tiene sus orígenes con los indígenas Aztecas, Mayas, Purépechas, Nahuas y Totonacas; con rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.

Las festividades eran encabezadas por el dios Mictecacihuatl, conocido como la «Dama de la muerte», lo que ahora podemos decir que es la Catrina, en la que se celebraba a los parientes fallecidos.

Con los conquistadores y el catolicismo se hicieron algunas modificaciones de fecha y estilo, para hacer lo que conocemos ahora, con altares y celebración en honor al recuerdo de las personas por quienes sentimos estima y que ya fallecieron.

No soy muy patriota que digamos, para serle honesta, pero si defiendo la originalidad; y considero, aunque no lo práctico, que el día de muertos es una manera de recordar y honrar a nuestros muertos.

Que como diría mi bisabuela “En vida, mijita, en vida” y ¡oh! Palabras sabias, porque la verdad es que adivinar si en realidad los difuntos se dan cuenta de toda la faramalla que hacemos en su honor.

Pero eso de la vida, la muerte y lo que le sigue es tema de nunca acabar, y no vaya a ser que hasta para esclarecer las dudas tengamos que reunirnos y hacer fiesta.

En fin, la cuestión es que celebremos lo que celebremos, tengamos conocimiento de aquello a lo que le rendimos festejo, por lo menos por cultura, así si le preguntan ¿usted que festeja jalogüin o día de muertos? Al menos corrija la expresión… o la escritura.

“No vivas para que tu presencia se note, vive para que tu ausencia se sienta”.

Bob Marley.